© S/T de Francesc Roig
Colaboradores de este número.
Estela Rodríguez
Investigadora en temas de género y diversidad cultural. Facultat de Comunicació Audiovisual, Universitat Ramon Llull.
Artículo: Felicidades: Será niña o niño?
Paquito Nogales
Performer. Sus performances han tratado sobre la perdida, el duelo y el género. Presentando un trabajo de una delicadeza extrema a pesar de la dureza de sus propuestas.
Lídia Porcar
Artista visual, pedagoga y activista artística. Tiene una larga trayectoria en el campo de las artes visuales. Actualmente dirige “El laboratori del paisatge” en la EADR.
Anna Solé
Licenciada en psicología y magisterio. Acoge a P L en Tarragona desde el 2011. Embajadora de la no-violencia por el mundo y viajera empedernida. Estudia fotografía en EADT.
Fotografía de Paquito Nogales en:
Paquito Nogales. El palomo cojo. una proposta teórica i una revelació.
Pau López
Licenciado en 2012 en Bellas artes. Es acogido por A. S. en Tarragona desde el 2011 donde se mueve por escenerarios asociativos y comunitarios (Tallers03 y Laboratori Visual). Representa 1 de cada 2 jóvenes en peligro de exclusión social y ejerce de artista y de curador.
Artículo: Adan y la autogestión.
Francesc Roig
Artista visual, sus últimos trabajos se estructuran sobre paisajes urbanos que presentan un marcado carácter de abandono. Ha realizado numerosas exposiciones en las que utiliza la fotografía y los últimos medios de impresión.
Imagen de portada: S/T
Fotografía de Paquito Nogales en la acción "El palomo cojo":
Paquito Nogales. El palomo cojo. una proposta teórica i una revelació.
Artículo: Cementeri d'amants que mai vaig tenir
Artículo: Página 58
Abel Azcona
Abel Azcona es un artista interdisciplinar español, elegido por la prensa inglesa como el mejor artista de performance art del año 2014. Azcona utiliza su cuerpo como herramienta crítica y revulsiva convirtiendo al espectador directamente en protagonista forzoso de la pieza.
Entrevista: Abel Azcona y la estética de lo real.
Polarizador Estudio
Es un equipo formado por dos fotógrafos, con estudio propio en Tarragona. Desde hace 8 años van desarrollando un estilo personal en el retrato y el vídeo. Creando unas imágenes sugerentes con una luz y un entorno muy cuidados.
Fotografías en: Abel Azcona y la estética de lo real.
Eva Jolis
Diseñadora gráfica fundadora de Unicum. Desde Unicum trabaja para comunicar, con el diseño, emociones y conseguir que el resultado sea único y deseable.
Artículo: Amb el terrat ben moblat.
Antonio Luque
Artista visual y co-director de La Grey. En sus obras explora la manipulación de los medios de información.
Víctor de Miután
Víctor, intenta averiguar qué significa ser humano mediante el arte, el misticismo, la psicología y el ocultismo. Todavía no lo ha conseguido, pero nos informará en cuanto sepa algo.
Artículo: Hoja de ruta del hombre confuso.
ADÁN Y EL RETO DE LA NUEVA MASCULINIDAD
Corpus Delicti acaba de nacer pretendiendo ser un Magazine temático de arte y pensamiento. Dos cualidades que en el mundo actual “parecen abundar”. Todos los artículos y material publicado son colaboraciones de artistas y personas que han querido compartir su experiencia con nosotros. A todos, desde esta editorial, les damos nuestras más profundas gracias.
Para este, nuestro número 0, hemos elegido como tema “Adán”. Escogerlo no ha sido por azar. Adán es el primer hombre en la religión judeo-cristiana y en el momento presente, en el que los roles entre géneros están cambiando tan rápidamente, nos parece importante plantearnos.: ¿qué está ocurriendo con la masculinidad, como la vivimos los varones, y las mujeres?, y ¿dónde está nuestro punto de inflexión sobre lo masculino, dónde empieza y acaba cada uno de los sexos?.
Nos gustaría que la mayoría de los padres cuando inscribiesen a sus hijos en el registro civil, dentro de pocos años, utilizaran la X como denominación del sexo de su vástago. Y desapareciera en la sociedad la acuñación de ser hombre o mujer, varón o hembra. Pero de momento en este país, es ciencia ficción.
No pretendemos, desde estas páginas teorizar sobre el mundo masculino. Sería una falacia desproporcionada. Las visiones aportadas por los creadores que han participado es la visión propia y personal sobre este sexo. Y las páginas de Corpus Delicti una plataforma para mostrar sus trabajos.
Pero la intención de este número 0 de Corpus Delicti, es no detenerse en la anécdota, desde estas páginas queremos hacer reflexionar un poco al espectador-lector, si es posible, sobre temas que consideremos interesantes desde La Grey, sobre el mundo actual. Nos hace ilusión pensar en números futuros, cuestionándonos los temas que seguirán a éste.
Adán solo es el primer viaje de Corpus Delicti, que intenta ser un paseo por un espacio-tiempo al que hace muchos años tenían que haberse derribado sus fronteras. Esperamos no detenernos aquí, y seguir caminando juntos. Un abrazo:
Antonio Luque
Género, masculinidades y arte contemporáneo
Estela Rodríguez
Los estudios de género se remontan a los años 60 y 70 del mundo occidental, de la mano de diversas autoras feministas que se plantearon la necesidad de visibilizar la aportación de las mujeres en la historia y la cultura. Sin embargo, no es hasta los años 80 y 90 cuando se comienzan a romper las fronteras epistemológicas que inscribían únicamente el género al estudio de las mujeres y la construcción social que deriva de la adscripción sexo/género en el sistema de relaciones sociales. Es entonces cuando comienzan a incorporarse nuevos enfoques como los estudios de las masculinidades y la teoría “queer”.
Para inscribir esos discursos en la cultura visual haremos un recorrido desde la presencia de algunos de los debates sobre el género y las masculinidades en la sociología de la cultura y el mundo del arte dentro del estado español, refiriéndonos a los contextos internacionales que han desarrollado estas temáticas.
Género y masculinidades
El género es una construcción social que afecta a nuestro comportamiento según somos hombre y mujer, expresado con el uso social del espacio físico. En el pasado, a las mujeres les correspondía, según este aprendizaje, el espacio privado de la casa y el cuidado de los hijos. A los hombres, traer el salario al hogar y luchar en el feroz y salvaje espacio del espacio público. Joan Scott y las teóricas del feminismo han avanzado en estos cuestionamientos mirando de romper las barreras entre estos dos espacios y demostrando que son puras ficciones sociales; dicho de otro modo, desde pequeños nos enseñan a ser “hombre” y “mujer” y adoptamos comportamientos y roles previamente asignados. Simone de Beauvoir nos recordaba en su obra maestra “El segundo sexo” (1949) que “las mujeres no nacen como mujeres, sino que son construidas como mujeres”, y podríamos aplicar también esa afirmación a la socialización que reciben los hombres en la infancia. Los llamados “nuevos estudios de las masculinidades” nacidos en la década de los 90, no pretendían otra cosa que apuntar que la construcciones sociales de género—es decir, los estereotipos y roles que se derivan de ellas— no sólo coartan y constriñen a las mujeres, sino también a los hombres que quieren deconstruirlos.
En definitiva, los estudios de género sobre las masculinidades se centran en ver cuál es el papel que la sociedad otorga a los hombres y cuál es la construcción de la imagen dominante de la masculinidad moderna. Autores como Michael Kaufman, Luis Bonino Méndez o Michael Kimmel nos relatan las definiciones de las masculinidades hegemónicas que fundamentan el patriarcado, las limitaciones de los patrones adquiridos durante la socialización como hombres, la naturalización de las prácticas sociales, de los deseos, de las necesidades, roles y obligaciones adscritas a la masculinidad, tal y como se ha entendido hasta ahora. El análisis de estas problemáticas sobre las graves consecuencias –para los hombres y para las mujeres— de la masculinidad hegemónica, nos sitúan en la necesidad de profundizar en la igualdad de derechos, en el derecho a la diferencia sexual, a la no discriminación y a la no imposición de roles. La idea de una desigualdad natural obligaba al hombre a “hacerse el hombre”, a no pasar nunca la barrera psicológica que se suponía que le “separaba” de la mujer. El hombre que deconstruye estos roles se libera así de luchar en las guerras, de hacer uso de su poder jerarquizando a las minorías, de liderar grupos sociales y políticos, de tener la presión social de ser el “número 1”, del gusto “natural” por el fútbol y los coches, de no poder jugar con muñecas en la hora del patio, de tener que esconder sus angustias y debilidades, de no mostrar su opción sexual, sea cual sea.
Con el fin de aterrizar estos discursos a la arena política y no dejarlos únicamente en el ámbito académico, en los últimos años se han producido iniciativas desde la sociedad civil para incluir los estudios sobre las masculinidades en el diseño de las políticas públicas de género. Tal fue el caso del Centro de Estudios de los Derechos Individuales y Colectivos (CEDIC) con el diseño de la Primera Convención Catalana sobre Masculinidades celebrada en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona durante marzo del 2003. “Masculinidades, diversidad y diferencia” contó con la colaboración de la Concejalía de Mujer y Derechos civiles del Ayuntamiento de Barcelona. A lo largo de tres días, los más de 300 inscritos compartieron debates sobre la cuestión de hacia dónde van los hombres del siglo XXI. Un equipo multidisciplinar nos encargamos de diseñar ponencias, actividades, talleres y una exposición de arte donde pudimos formular un larga serie de interrogantes a través del trabajo de artistas, activistas y docentes como Paul B. Preciado, Olga Viñuales, Michael Kimmel, Óscar Guash, Josep Vicent Marqués, Luis Bonino, Michael Awkward, Paco Vidarte, Victoria Sau, Joan Pujol, Olga Viñuales, Miriam Cameros, Elizabeth Uribe, Maria Ruido, Colectivo Olla de Grills, Àngels Carabí, Ernest Alcoba, Joan Casellas, Nieves Correa y Ángel Pastor.
Arte y masculinidades
El mundo del arte no ha quedado mudo ante estas corrientes de discusión. Las aportaciones feministas analizan las limitaciones y estereotipos de las construcciones sociales de género y se expresa en varias exposiciones durante los años 90 y 2000. Recordamos especialmente la pionera “Solo para tus ojos, el factor feminista en relación a las artes visuales”, producida por Arteleku en 1997 cuando todavía no existía una tradición feminista consolidada con respecto a la crítica y a la práctica artística. Los estudios de género se contaminaban de nuevos debates que bebían de las teóricas Dona Haraway y Judith Butler, en los inicios del movimiento “queer” en la península, y que daban una vuelta de tuerca en las construcciones sociales que se basan en las concepciones dicotómicas del sexo/género. Para ello requiere una actitud más arriesgada: negarse a convertirse o a seguir siendo un hombre o una mujer generizados se usa como estrategia política para intentar salir de la pesadilla de la narrativa del sexo y de la raza.
Tal es el trabajo de Claudia Gianneti en su texto “Cyborg no tiene género. Reflexiones sobre la mujer, la ciencia, las nuevas tecnologías y el ciberespacio” que recupera las teorías transgresoras de Donna Haraway (“Manifiesto para ciborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XXI”, 1981) al pretender romper con el dualismo sexo/género y las polarizaciones de naturaleza/cultura, naturaleza/historia, publico/privado. Esta necesidad vino por las limitaciones del discurso dualista que provoca una estructuración del mundo como objeto de conocimiento en términos de apropiación de los recursos de la naturaleza por parte de la cultura y que tienen sus orígenes en los fundamentos colonialistas y eurocentristas. La universalización de este sistema dicotómico pone en evidencia su fundamento etnocéntrico en la medida que subordina u omite a las “demás” o a los “otros” (mujeres no blancas, minorías étnicas y raciales, homosexuales, las culturas de otros países del sur).
Este tema fue desarrollado en otras exposiciones durante los años 2000; se incorporaron poco a poco piezas donde las cuestiones relativas a los estereotipos, a la representación del cuerpo masculino y femenino, la identidad, la relación con los otros, la seducción, los roles, las categorías estuvieron siempre presentes. Como nos recordaba Griselda Pollock (1977), “la apropiación de la mujer como cuerpo en todas las formas de representación ha engendrado la tentativa de descolonizar el cuerpo femenino, una tendencia que recorre la cuerda floja entre la subversión y la reapropiación”, y por ello también es necesario descolonizar el cuerpo masculino de esa masculinidad impuesta. Este fue el caso de la exposición PHE02 FEMENINOS de Photo España, V Festival Internacional de Fotografía que se celebró del 12 junio al 14 de julio de 2002 en Madrid. En ella encontramos artistas que repensaron los estereotipos de género y las violentas condiciones de la masculinidad hegemónica, como Ana Casas Broda, Beth Moysés, Alberto Garcia-Alix, o Tony Catany.
Otra de las exposiciones pioneras fue la llamada “El Bello Género. Convulsiones y permanencias actuales”, comisariada por Margarita Aizpuru y producida por la Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2003. Recordamos aquí la aportación del artista Dionisio González con su proyecto “Cloackroom” mostraba retratos de mujeres jóvenes y bellas de diferentes etnias colgadas boca abajo en la barra interior de un armario en la misma posición de sus ropas, aprisionadas por unos artilugios en los pies. O la de Andrés Serrano, el cual se centraba en la temática del modelado y la reconstrucción del cuerpo con la obra “Body builders”, unas fotos de mujeres impresionantemente musculosas mostrando sus cuerpos en posiciones culturistas a la par que maquilladas y con uñas postizas. Estas obras traspasan los esquemas establecidos en cuanto a la apariencia corporal masculina o femenina, en especial en las fotografías de Pierre Gonnord que ha centrado su proyecto en retratar la vida de la juventud urbana occidental con personajes de otras etnias y culturas que residen en las ciudades, y se introduce en los temas de un mundo occidental mestizo y polimorfo donde caben nuevas identidades humanas, genéricas, raciales y sexuales. Por último, el trabajo del japonés Yasumasa Morimura indaga sobre la hermosura transgenérica con imágenes suyas en un transformismo performatico fotográfico, un trabajo apropiacionista y deconstructor de la cultura y el arte occidental. Dicha exposición introdujo nuevos temas de análisis como el de la belleza en la era de lo sublime y la tecnología (con excelentes textos de Berta Sichel), para profundizar en la idea de que la belleza ya no está en la mirada de quién mira, como reza el dicho popular, sino en la tecnología que nos atrapa en el espacio contemporáneo.
Estos debates y exposiciones pioneras nos relatan la puesta en valor del reto de definir las masculinidades en la sociología de la cultura y las artes visuales contemporáneas, aún temas poco estudiados en la academia española y las artes visuales, y que el magazine “Corpus Delicti” impulsado por The Grey Square trata de recoger en este número.
Felicidades: Será niña o niño?
Dídac Francisco
No només per decisions pròpies sinó per factors externs, com entorn i estatus social (família, amics, entorn laboral...) o cultural (religió, nacionalitat...).
Les imatges situen una figura humana (masculina) en un seguit de posicions considerades més o menys apropiades (per a un home masculí estàndard) sota contextos induïts per colors i/o objectes lligats a actituds considerades molt masculines o poc o gens masculines.
Objectes i colors que fan referencia a creences estereotipades de la masculinitat i el genero.
El projecte porta per títol: FELICIDADES: SERÁ NIÑA O NIÑO?. En referència a les possibles projeccions que els pares fan de la futura sexualitat d’un fill i com aquestes afecten la percepció de la masculinitat en general i pròpia.
Felicidades: Será niña o niño?
Felicidades: Será niña o niño?
Felicidades: Será niña o niño?
Felicidades: Será niña o niño?
Felicidades: Será niña o niño?
Felicidades: Será niña o niño?
Paquito Nogales. El palomo cojo. Una proposta teòrica i una revelació.
Lídia Porcar
© Francesc Roig
Des de quants angles i perspectives poden observar el nostre entorn vital?
Quines són les idees i experiències que entren en conflicte amb els nostres valors socials i culturals?
La conversa que vaig tenir amb el Paco Nogales dissabte 24 d’octubre, unes hores abans de la seva “performance” a la galeria The Grey Square de Tarragona, no em va donar cap concepte contundent per a solucionar les meves cabòries existencials. Només una dolça confusió que s’ha anat arrelant per sota del predomini lògic i racional de la meva tradició cultural, suposadament sense fissures.
El Paco és una persona propera en la vida i en l’acció artística, amb capacitat de transformar un record ocult d’infantesa en una experiència reveladora. Colpejador de consciències, i investigador de prejudicis inserits en un món que exclou qualsevol coneixement que entri en conflicte amb els seus valors preestablerts.
L’entrevista es realitza mentre Paco Nogales prepara una olla barrejada de cigrons i espinacs, que oferirà més tard als espectadors de la seva acció a la Grey. En aquests moments, no deixo de pensar que el meu primer contacte amb l’artista, no pot ser més inusual, ja que el so del ganivet que va tallant alls i espinacs al damunt d’una taula de fusta, inunda rítmicament tota la conversa gravada amb el meu telèfon mòbil.
Quins són els conceptes o idees que utilitzes en les teves accions artístiques?
Vaig començar a treballar sobre la pèrdua i el dol, que són coses que estan molt relacionades amb la meva vida. I els artistes no ens podem deslligar de la nostra vida, tot i que fins ara, no ho he mostrat de manera literal. Aquesta tarda serà la primera vegada que estaré parlant de la meva vida directament. Ara, estic narrant coses que m’han succeït, a la resta d’accions sempre han hagut elements de la meva experiència, però no han parlat del Paco Nogales. Han parlat de quelcom que m’ha passat en la vida, però si veus el conjunt, no sabràs quin és el succés directament relacionat amb el Paco. Fa onze anys que faig “performance”, i és el primer cop que parlo de mi, i de les coses que m’han passat des que era petit.
Hi ha quelcom de sinistre en les teves accions, perquè comencen de manera amable i divertida i acaben amb una imatge forta i colpidora.
No, és totalment a l’inrevés. No m’agrada deixar al públic amb el cor encongit. M’agrada que la gent surti recordant que ha sigut una experiència amable, i si és possible amb un somriure. Sóc molt tràgic treballant, i el que m’agrada més és trobar aquest punt final, que abandoni el pla de la tragèdia i ens porti a somriure. Sempre m’esforço per trobar aquest punt.
Perquè ara estàs explicant la teva vida?
Bé, tampoc és exactament així. No només parlo de la meva vida, també parlo de més coses. La meva vida no és l’element principal de l’acció. No sóc tan autobiogràfic, només és una excusa. Començo amb una anècdota de la meva infantesa, quan dues tietes àvies meves van dir: “este niño nos está saliendo sarasa”. Aquest serà el fil que estiraré i estiraré, i d’on sortiran moltes més coses relacionades amb el meu cos i el cos dels homes. Agafo un tema que he treballat molt, que és el tema dels homes, i com ens pensem els homes. Com ens gestionem, i com gestionem la relació amb el nostre cos. Comparant-nos amb les dones, i amb els moviments feministes i les coses que han fet, nosaltres els homes, tenim el paper de seguidors dels moviments capdavanters de dones, i seguim amb el paper que hem tingut sempre.
Aquest record infantil és només un pretext. Malgrat que estic desvetllant una part important de la meva vida que no havia explicat mai, i que fins i tot, no m’havia explicat a mi mateix. Ha estat un record oblidat durant molts anys. Aquestes tietes han sigut un referent en la meva vida. Una era la meva padrina, i jo he sigut el fill que no ha tingut mai. Des de molt petit ha viscut amb mi. Aquesta dona, em va ensenyar a llegir poesia. Jo tinc una inclinació per la poesia, gràcies a ella. He tingut un bon entrenament artístic, perquè ella em cantava i m’explicava contes, i em va obrir a la dansa, a la narrativa i el teatre.
Se senten acomplexats els homes davant les dones. Quina és la condició actual de l’home?
Vaig començar a qüestionar-me com a home arran dels homes pro feministes, que són grups d’homes que tenen molt clar el seu gènere, i que generalment vénen del món heterosexual. Aquests homes s’estan qüestionant la vida en parella amb la seva companya. És molt probable que les seves parelles siguin feministes, i d’alguna manera hagin sigut contaminats per la seva ideologia. Des d’aquest punt em faig algunes preguntes: com a home què és el que estic obligat a fer? Pel fet de ser home he de ser fort, valent, no tenir sentiments o bé gestionar-los amagadament, no haig de plorar, perquè plorar és de nenes o de marietes?
Però després m’he trobat amb la “Teoría Queer”, que ve dels anys 90 del segle passat, i fins i tot abans. S’està qüestionant el gènere directament, la qual cosa m’ha fet reflexionar sobre la polaritat del gènere a la que estem acostumats: home o dona; negre o blanc. Estan passant moltes coses, i ens podem situar en qualsevol punt d’una continuïtat, i per exemple: algú és bilingüe. Però com és de bilingüe? Pot ser bilingüe, monolingüe o estar situat en algun punt del bilingüisme. Amb el gènere passa el mateix: tenim un cos i l’habilitat de modificar-ho com vulguem.
Perquè quan es presenta el cos nu en una acció, encara és motiu d’escàndol. Pot ser perquè es llegeix com a metàfora sexual?
Amb el cos ens relacionem amb els altres. Jo sóc un home i em poden agradar les dones. Però puc modificar el meu cos. Puc posar-me unes mamelles, posar-me una perruca, transformar el cos, o no fer res. Em dóna més llibertat que la polaritat. El sexe es dirigeix cap on van els meus afectes o el meu desig. El sexe no té res a veure amb el gènere. Si el cos nu és un problema per alguna gent, no deixa de ser el problema de qui està mirant, no de qui està mostrant.
En la meva acció no estic parlant de sexe, estic parlant del cos. Faig una demostració amb una cinta que porto dins del cul, i perquè no tingui cap lectura sexual porto uns calçotets que amaguen els meus genitals. Estic interessat en com arribar a la meva masculinitat que és la pròstata, i no tinc cap altra manera d’arribar-hi, si no és pel cul. No hi ha una altra, o arribem a la pròstata a través de la cirurgia o a través del cul.
Durant els anys 60 les dones van tenir molt clar que havien de treure els seus cossos de la medicina i que havien de ser autònomes tant com poguessin. Es van muntar grups de dones que s’exploraven les unes a les altres en un terreny de confiança i seguretat. Nosaltres els homes anem al metge quan necessitem saber l’estat de la nostra pròstata. El metge ja sap que el que et farà serà dolorós, o potser ho farà sense cura. També tindrà la sensació que farà quelcom fastigós, i tu també ho entendràs d’aquesta manera. Però això es podria canviar. També es podria fer en un grup d’homes, amb confiança i seguretat. No es tracta d’una qüestió sexual, es tracta de ser autònom, auto explorar-se i tenir cura del teu propi cos. Però aquest forat és el diable, el gran guardià de la masculinitat. En el moment que el forat s’obre, qualsevol cosa penetra en la teva masculinitat, i la perds, i deixes de ser un home com cal: l’home violent que controla, que té poder damunt de tot el que no és home: animals, dones, nens, nenes...
La institució mèdica, també representa els valors d’un gènere: el masculí. Penso en el que acabes de dir sobre els atributs d’un home com cal: l’home que controla i que té poder damunt de tot el que no és home. També penso en el llibre “El nacimiento de la clínica” de Michel Foucault.
La “Teoría Queer” valora molt a Foucault, que en aquest cas parlava del poder de la medicina i els biopoders: controlar el teu cos, que és el més íntim que tenim. Només som cossos.
Com comença el teu itinerari en l’art d’acció?
Comença amb una “performance” de Maria Àngels Ribé al Reina Sofia. Em va colpir moltíssim. Va fer una cosa mínima. En aquell moment, vaig pensar: caram! No necessito res més per explicar coses que el meu cos. Després em vaig traslladar a Barcelona, i l’any 2003 em vaig trobar amb el Carlos Pina i la Maria Cosme que feien un taller de “performance”, i llavors va ser quan vaig començar, amb el meu equipatge artístic que portava la poesia, el teatre i la dansa.
Com et relaciones amb el teu públic?
No tinc públic. Faig coses, la gent comenta coses, hi ha alguna incidència. No pots estar del tot segur que el que expliques està arribant. Després d’accions impactants, algunes persones m’han abraçat, i m’han dit que han sentit el mateix que jo. Però jo penso que no.
No, no, tu has sentit el teu, i jo la meva cosa. Ningú llegeix el mateix llibre, ja que la lectura és diferent per a cadascú. El nostre equipatge cultural està incidint en la nostra lectura. El que arriba és un misteri.
Què és “performance”: una actuació, una posada en escena, quelcom real que no és representació, una experiència sense normes ni codis o quelcom preparat per aconseguir un impacte visual i sensitiu que ens porti a la reflexió?
Estàs parlant d’un debat molt important. Els temps han canviat. La “performance” era una desconeguda fins als anys 60 del segle passat, que comença a esclatar als 70, i molt més als 80. Durant els anys 90 ja ha trobat un lloc en el món de l’art. Ara tot és “performance”, i és clar, hi ha persones que encara continuen pensant en la corrent dels anys 70. Parlen que ha de ser una cosa que no es comunica, que no s’anuncia, que no es publicita, que no requereix un espai concret o una il·luminació determinada. Però ara tot està canviant, i s’està barrejant i mixturant. És una disciplina que està mutant. Arriben els ballarins i fan “performance”, i a les aules de teatre fan una assignatura que li diuen “performance teatral”. Però, jo no estic fent que no sóc jo, la “performance” no és una actuació. Jo sóc jo fent quelcom en aquell moment. Hi ha moltes baralles. Tu tens una definició, l’altre una altra, i jo, cap ni una.
Cal reinventar el nom?
A Espanya, ja es va fer aquest canvi de nom, i es va anomenar Art d’acció. La paraula “performance” en anglès és massa ample. De fet hauria de dir-se “Performance art”.
Quin és el punt de preparació d’una acció. Està controlada. El ritme temporal de l’acció és espontani. La preparació es pot comparar amb la que fa l’actor?
No se sembla a un actor. Jo no sóc una altra persona. Sóc allà, i patiré si em faig una ferida. Però també hi ha trucs en les accions. Hi ha persones que pensen que tot ha de passar de veritat, i que no s’ha d’enganyar al públic. Però jo enganyo i jugo amb els prejudicis dels altres. Si agafo una agulla per posar-la sota la meva pell, com tu ja vens amb la teva experiència sobre les agulles que punxen, et farà mal mirar-me, però no em farà mal a mi.
I així, d’aquesta manera tan didàctica vàrem acabar la nostra conversa per a aquesta publicació. Paco Nogales va mostrar més tard amb la seva “performance”, el poder del cos com a territori d’acció reveladora de nous conceptes existencials de guerrilla.
© Anna Solé
Adan y la autogestión.
Pau López
© Pau López
Todo hombre debería probar su propio semen.
“Qué asco comer semen, bueno las mujeres lo hacen”. Es un comentario, de los más amables entre muchos, que se hace sobre un video en que un tipo prueba su propio semen. A cucharadas soperas de un plato.
Ejercicio 1: Adan y la autogestión no va de lo hetero ni de lo homo. Ejercicio 1: Adan y la autogestión quisiera ser entendido como completamente gris.
La obra representa un hombre que prueba su propio semen después de masturbarse en un lavabo doméstico. Puede ser un fake, o pude que no. El fin es completamente didáctico.
La acción de ingerir la semilla del hombre ha estado explotada por el porno (las folladas suelen acabas así), en el mayor de los casos en forma de jerarquía patriarcal y dominante, creando modelos hegemónicos de masculinidad. De estos modelos, de esta práctica, hemos aprendido y representado. Creando el deseo de reproducirla, pocas veces hemos superado la incapacidad de repensar en la materia residual producida por una paja más allá que en que se la traguen los otros o en su función reproductiva. En lo que puede parecer un acto de introspección hacia sí mismo, la imagen prueba de ilustrar que el mismo cuerpo de un sujeto puede ser pedagógico para sí mismo, en una tipología de sexualidad autogestionada, más que autosuficiente.
Este trabajo, referente e inspirado por Maternidad Obligatoria de Nadia Granados, parte de un presupuesto didáctico tirando hacia lo poético, que se aleja de lo sexual para encontrar el amor propio esperando que no se tope con Narciso.
Cementeri d'amants que mai vaig tenir.
Francesc Roig
© Francesc Roig
“...De pronto apareció la red, y los ordenadores se convirtieron en otra cosa, en la que no habiamos pensado. Desde nuestra casa, teníamos acceso a cientos de hombres, hombres que cumplian nuestras fantasías, a velocidad de 56 kb. Siempre dispuestos, masculinos, provocadores. Y casi sin quererlo, nos convertimos en voyeurs, como si mirasemos por un agujero en la pared, como follaban, como se exhibian, parecia que sus miradas, a cámara, fueran para nosotros. Estaban allí, tomando posesión de nuestro espacio íntimo, nos hacían soñar... Se convirtieron en nuestras parejas cuando queríamos sexo, los buscabamos en una internet que acababa de nacer. Y sus cuerpos se hacían cada vez más familiares, como si estuviesen a nuestro lado. Sus imagenes ocupaban el cien por cien de nuestro pensamiento, nos hacían desear volver a casa para mirarlos casi como si fuesen reales.
Y poco a poco la vida volvió a la normalidad, aparecieron otros hombres a los que podiamos tocar, que nos podian besar y ser besados. Y los otros, los de la red, se convirtieron en un recuerdo archivado en disquetes de 8 pulgadas....”
Fragment de “El amor se perdió en internet” de José García Galán
Cementeri de'amants que mai vaig tenir
Página 58.
Paco Soriano
© Paco Soriano
Como cualquier madrugada, un terco y crónico despertador repite su conjuro para levantar a nadie, en una habitación a más de mil millones de distancia de alguna gloria.
Sus pasos standard le dirigen hacia lo de siempre, una de tantas ficciones, tachadas y corregidas de errores que, resignadamente, maquilla entre los pliegues de sus sombras.
ESE inquilino ausente, ESE habitante del no estar, arrastrará sus apariencias por un arrugado mapa del que han sido expulsadas todas las posibilidades de llegar a Belén; otra coreografía monótona sin áreas de descanso.
El amanecer va extendiendo su plagiado horizonte con sus 5 vacíos brazos. Cero desayuna, eso habitual que mantiene erguida su estatura cualquiera; las ilusiones se disuelven con el café.
De su armario de disfraces elige aquél, el que tiene más muecas y falsas heridas; quizá por sus costuras se escape un ténue silvido de melodía. Que más le dá.
Baja las escaleras de mi casa hacia atrás; por sus retrovisores veo un prado de corbatas de luto.
Ese náufrago de la rutina que va a la deriva de su otro día, ese sombrero lleno de harina, ese soy yo.
F. Juntets
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Abel Azcona y la estética de lo real.
Lídia Porcar
Abel Azcona. Fotografía: © Polarizador Estudio
“El Miracle, era un proceso de empatía que yo tuve con el tema de los refugiados. Yo vi la imagen del niño sirio, y me sobrevino una imagen de mi vida personal cuando sufrí un abuso sexual, y me dejaron tirado en el suelo. Yo tenía tres años y medio, más o menos la misma edad que el niño sirio. Y esa imagen me hizo revolverme lo suficiente como para explorar en ese tema. Después pensamos que la acción se podía hacer aquí en Tarragona. Todo encajaba: el pequeño espacio de la galería, y la playa que casualmente se llama El Miracle. Lo que hicimos fue juntar a un grupo de personas que explicaron una experiencia vital, y lo que les gustaría sanar, en una especie de viaje de búsqueda de un milagro personal. Pero hay que tener en cuenta que ese milagro es falso. La promesa es la del milagro que no va a ocurrir. Hicimos un camino, y yo les mostré el agua. Les hice un lavatorio de pies con el agua que había cogido el día anterior en El Miracle. Y después salimos todos en un éxodo hasta la playa. Entramos en el mar hasta que el agua nos cubrió. Y nos dimos cuenta que era un mar sin fin, y que nos podíamos ahogar en él. Y que ese milagro no existía y acabamos tumbados en la arena.”
Abel Azcona. Sobre la performance El Miracle. Tarragona,14 de octubre de 2015.
La galería The Grey Square de Tarragona, ha presentado Corporeidad y resistencia, su primer ciclo de performance. Desde el 5 de octubre al 5 de noviembre, hemos presenciado y experimentado diferentes maneras de abordar uno de los lenguajes más controvertidos del arte contemporáneo.
Al margen de toda la documentación visual que han generado las acciones, deseabamos establecer un diálogo con los artistas que nos han acompañado durante un mes, en este espacio independiente dedicado a la creación contemporánea en Tarragona. Conversaciones relajadas con los artistas, antes o después de las acciones, nos han servido para descubrir, entre otras cosas, cuáles son los motivos que los han llevado a escoger la performance, entre todos los lenguajes posibles en los que se manifiesta el arte en la actualidad. Esta es la conversación que mantuvimos con Abel Azcona al lado de La Chartreuse, donde el artista presentó la performance y exposición The Shadow, que también formaba parte del ciclo.
Tus acciones necesitan un espectador activo, que se convierte también en relator de la narración que tú propones. Este modo de mostrar el acontecimiento me parece muy interesante, ya que sitúa la performance en el contexto de otros experimentos narrativos actuales no lineales.
Yo lanzo muchas preguntas que ni yo mismo las sé responder. Las lanzo y el espectador me da muchas respuestas. Yo creo en el espectador como creador, porqué puede ser el detonante de sentimientos, de dudas, de preguntas y respuestas, ¿porqué no utilizarlo?. No es necesario un espectador que vaya a una galería y contemple una escultura en una peana. Yo busco un espectador activo. Yo creo que la contemporaneidad lleva a todo esto, propone un espectador que sea detonante y creador. En el proyecto El Miracle, el espectador es el propio creador que contamina la acción y crea una instalación viva.
¿Trabajas con la incertidumbre del que puede pasar o no pasar?
Yo controlo algunas cosas, ya que en el día a día se dan ciertos patrones en la repetición de las acciones, y más o menos ya sabes por dónde pueden ir los tiros. Pero siempre que prejuzgas te equivocas. Lo más interesante de la performance es que una misma acción siempre cambia, depende de dónde la hagas y con quién la hagas.
¿El artista de performance habla de cosas reales y crea experiencias reales?
Yo intento que mis procesos sean completamente reales, y contaminarlos en la medida de lo posible de realidad y nada de ficción. No solo en el arte contemporáneo, también en el cine y en teatro, está evolucionando todo hacia lo real, porqué nos interesa mucho más un proceso de realidad, para empatizar verdaderamente. Busco detonantes para que todo sea real: detonantes de vidas ajenas, detonantes de cosas sentimentales, y elementos de carga sentimental que para mi tienen un significado especial.
Hablemos de la inexistencia del milagro en la performance El Miracle.
No existe el milagro ni la sanación. Existe la catarsis, también existen las herramientas de auto conocimiento y la estabilidad. Pero eso es todo, es decir, yo con mi proceso personal tengo heridas que no se van a sanar nunca. En el momento que sé que no existe la sanación, ya estoy estable y puedo seguir hacia delante. No me gusta la palabra terapia, pero podría decir que la performance es mi terapia particular. Lanzo esas piedras en vez de sentarme con un psiquiatra, y utilizo la catarsis colectiva como ayuda para construirme, porqué construyo mucho mejor en ese tipo de procesos acompañado que solo.
Abel Azcona durante la performance “El Miracle”
en The Grey Square.
© Abel Azcona
Abel Azcona durante la performance “El Miracle”
en The Grey Square.
© Abel Azcona
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Voy a realizar La calle, que es un proceso de prostitución transexual. Lo empecé en Colombia, y hormoné mi cuerpo para hacer una transformación hacia mujer. Este proceso lo viví durante mes y medio en Bogotá. Ahora lo he realizado en Madrid y lo terminaré en México, D.F.
¿Persigues la polémica con tu trabajo como herramienta de difusión de tus acciones?
La gente cree que yo hago unos productos para generar polémica. Pero ese no es el objetivo.
Si que es verdad que sé utilizar las polémicas para poder crear un discurso y llegar a más gente. Se pueden usar. Pero generalmente, cuando pienso que una acción es más suave y no va lenvantar ningún tipo de ampolla, es cuando la gente más polemiza, y sale en los medios de forma amarillista.
Como en todas las otras manifestaciones artísticas, también la performance ha cambiado. El arte de acción se sitúa en un espacio híbrido, y utiliza todo tipo de elementos que provienen de otros medios. Pienso que este hecho es mucho más evidente en los jóvenes artistas que os expresáis a través de este lenguaje.
Me interesan los nuevos medios: el video y la instalación. Ya no creo en la palabra performance en si. No me considero performer. Me considero artista interdisciplinar, porqué al final todo evoluciona y se mezcla. Una performance no deja de ser también una instalación. Llega un momento que todo es híbrido, como dices tú. Está todo cuestionado. No me preocupa, puede ser un proyecto expositivo, performático, fotográfico... Creo que en lo contemporáneo es interesante esa mezcla, o ese descontrol que no se necesita un nombre que lo defina.
¿Tu trabajo es de difícil asimilación?
No, mi trabajo entra bastante fácil.También tengo proyectos mucho más amables. Los proyectos que han venido a Tarragona son muy amables.Todo el mundo los puede entender y los puede compartir. Además los dos proyectos son amables visualmente, y tienen una estética bastante poética, y creo que es mucho más fácil mover este tipo de proyectos. Pienso que cuando el concepto es más duro, es interesante jugar con la belleza de la presentación.
¿A qué te refieres, cuándo hablas de proyectos amables?
Tengo proyectos mucho más viscerales. En la exposición del proyecto La calle, se ven fotografias de procesos más complicados. Desnudos integrales, o las imagenes de un video donde me enseñan a penetrar mi pene por la parte anal, para no tenerlo a la vista. Es mucho menos amable. También, incluso el planteamiento es más agresivo, ya que el espectador observa un proceso de transexualidad. En cambio, en The Shadow, aunque el concepto es muy duro, parte de una forma que es bella y gusta a la gente. Pienso que cuando el concepto es más duro, entra mejor de esta forma. Es interesante jugar con la belleza de la presentación.
Una belleza que está latente en toda la documentación visual que estan generando las acciones. No son imágenes tomadas con un móvil. Son imágenes con una composición y tratamiento de la luz exquisitas y con una mirada bien definida.
Siempre es interesante jugar con esa ambivalencia.
Pensando en los dos proyectos que presentas aquí en Tarragona: si buscas también la belleza en las instalaciones de las exposiciones, y la plasticidad en las acciones.¿No estás utilizando ciertos recursos metafóricos para explicar la realidad, como ha hecho siempre el arte? ¿Puede ser que tu trabajo no sea tan real como puede parecer a primera vista?
Es muy complejo hacerlo de una forma respetuosa. Porqué es difícil tratar algunos temas delicados. Me genera un cierto agobio cuando trato estos temas donde doy voz a otras personas. Son temas muy delicados, porqué es muy difícil hacerlo de otra forma que no sea poética, y que funcione, ya que te puedes ir a lo banal o a lo morborso, y no me interesa.
Con Abel Azcona, estuvimos conversando durante unos treinta y cinco minutos. Durante este tiempo que compartimos, surgieron muchos más temas relacionados con los detonantes vitales en los que basa sus obras. Antonio Luque me acompañó y contribuyó en el desarrollo de la entrevista.
He intentado huir de ese aura de escándalo mediático, que a menudo acompaña al artista, y he optado por un enfriamiento selectivo de los temas que tratamos. Porqué como artista, siempre estoy interesada en los engranajes que hacen funcionar los relatos artísticos.
Amb el terrat ben moblat.
Eva Jolis
“La masculinitat no és estàtica ni atemporal, és històrica; no és una manifestació d’una essència interior, és construida socialment; no puja a la consciència des dels nostres components biològics; és creada en la cultura. La masculinitat significa coses diferents en diferents èpoques per a diferents persones”.
Michael Kimmel, sociòleg.
Avui la masculinitat no ès un producte acabat, sòlid, estable, sinó que és més aviat un procés en el qual tot canvia. El meu treball vol ser un reflex dels nous homes que estan marcant el cami cap a una cultura de relacions mes igualitàries i afectes més diversos. Homes intel·ligents, que exterioritzen emocions i sentiments.
Amb el terrat ben moblat
Amb el terrat ben moblat
Amb el terrat ben moblat
Amb el terrat ben moblat
Amb el terrat ben moblat
Amb el terrat ben moblat
Clavelitos.
Antonio Luque
© Antonio Luque
En agosto de 2015 me encontré con una grupo de tunos, curiosamente los tunos universitarios son los más viejos de cada facultad, es una reflexión que hago después de años y años viendo tunos por la calle, en bodas, bautizos y comuniones, dando la vara con canciones trasnochadas de las que no se acuerdan ni nuestras abuelas. Alguna vez he pensado en la erótica del tuno, esos seres insulsos que repiten curso tras curso, y que seguramente su afán es ser funcionarios del estado detrás de un mostrador, si alguna vez acaban la carrera. ¿Qué mujer moderna, activa, posiblemente feminista o femenina puede caer en las garras de algo así?.
Los tunos de agosto estaban rodeando un grupo de chicas que no superarían los 20 años, ellas reían timoratas intentando salir del “simpático” acoso. “¡Vamos a cantaros una canción!”, dijo uno. Y como un clan siciliano comenzaron a entonar “Clavelitos”. Entonces me dí cuenta que los tunos no tienen sexo, a pesar de su apariencia masculina, sus órganos se comienzan a atrofiar a partir de que entran a formar parte de la tuna universitaria.
“Clavelitos” es una obra sobre colectivos masculinos desfavorecidos, no solo porque la naturaleza no ha sido muy generosa con ellos, si no porque además, estos pobres de rimas fáciles, creo que se embelezan en un sin vivir onanista acariciando sus capas y lazos, a fin de cuentas es lo único extraño que roza sus cuerpos.
Clavelitos
Hoja de ruta del hombre confuso.
Víctor de Miután
Nos engendran. Alguien se folla a alguien, y entonces sucedemos. Lotería entrópica celular: en el sorteo, pongamos que nos tocan unos flamantes cromosomas XY. Zigotos a la obra, embrión en camino.
Nacemos. Somos un bebé. Comemos, cagamos, crecemos. Y mientras, vamos aprendiendo cosas. Un día aprendemos a diferenciarnos del entorno: aquí estoy “yo”, y allí está el resto. Otro día, reconocemos a nuestros padres como otros “yo” ahí fuera. Entonces llegan las primeras palabras mágicas: “papá” y “mamá”.
Papá y mamá se parecen, pero no son iguales. A uno le chupo las tetas, al otro le tiro de la barba. Nos visten, nos dan de comer, nos compran juguetes. Juguetes de “niño”, porque eso es lo que nos dicen que somos. Un niño. Los niños tienen pito, las niñas no. Preguntamos que qué tienen las niñas en lugar de pito, y nos responden que ya lo sabremos cuando seamos mayores. “Ser mayor”, parece guay, nos lo apuntamos.
Estamos en el parvulario, mirando debajo de la mesa para averiguar si ya somos mayores como para saber qué tienen las niñas en lugar de pito. Jugamos a indios y vaqueros, a policías y ladrones, a médicos y enfermeras. Jugamos a papás y a mamás. Yo soy un niño, así que seré Papá: tú eres una niña, así que serás Mamá. Jugaremos como hacen ellos a veces debajo de las sábanas.
Nos sorprenden así jugando. Nos gritan, nos separan, se llevan las manos a la cabeza. “Eso está mal”. No entendemos nada. Si está mal, ¿por qué lo hacen ellos?. “Son cosas de mayores”. Vaya, parece que los mayores hacen lo que quieren. Vale: “hacer cosas de mayores” está mal, nos lo apuntamos. Habrá que hacer estas cosas sin que se enteren. O dejar de hacerlas. O dejarse hacer: a veces, aunque digan que está mal, nos las hacen igualmente.
Crecemos: la testosterona toma el control. Pelo, violencia, erecciones por doquier. Parecernos cada vez más a ese papá que queremos, que odiamos o que no está. ¿Ya somos “mayores”? ¡Tenemos ganas de hacer cosas!. Es más, cada vez tenemos más ganas de hacer esas cosas. Y otras que nos hemos encontrado en el camino, explicadas por revistas, por películas, por las bocas (y las manos) de los amigos. “Shhhh”, nos dicen esos amigos, “o van a creer que somos maricones”. Vale: ser “maricón” está mal, nos lo apuntamos. Habrá que hacer estas cosas sin que se enteren. O dejar de hacerlas. O dejarse hacer: a veces, aunque digan que está mal, nos las hacen igualmente.
Continuamos creciendo, sin entender nada. Somos altos, o bajos, o gordos, o flacos. Listos, o tontos. Tenemos muchos amigos, o nos recluimos en casa. Ligamos con las chicas, ligamos con los chicos, no ligamos. Nos esforzamos en ser aquello que se espera que seamos, o exactamente lo contrario de lo que se espera que seamos: médico como tu padre, abogado como tu abuelo, fracasado como tu tío, heterosexual como tu hermano. Tomamos fielmente el camino al que conduce la hoja de ruta del hombre confuso, intentando ser lo que debemos ser para que nos quieran los que queremos que nos quieran... porque si no nos quieren, no nos queremos. Al final, Edipo se lamenta de que no matásemos a nadie, Fausto nos abronca por lo que no fuimos y Freud se tira a nuestra madre mirándonos a los ojos.
¿El resultado? Nosotros. Perdón: más bien, “Nosotros”.
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